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miércoles, 15 de agosto de 2012

5, 6, 7 Y 8 de Agosto. BEIJING. "Cuatro días en Pekín"


Domingo día 5: Me levanto temprano (como siempre) y me dirijo a La Ciudad Prohibida. Desde mi ventana del hostal veo los tejados amarillos de los diferentes templos de La Ciudad Prohibida (para que os hagáis una idea de lo cerca que estoy).

A las 8:30h aquello ya es un hervidero de gente y grupos con guias vociferando explicaciones en chino a través de pequeños megáfonos. La ciudad es flipante, aún con gente por todos lados. A mi que me gustan los tejados de los templos, me vuelvo loco haciendo fotos allí dentro. Y pensar que hasta hace 100 años, mientras la ciudad de Pekín estaba ya en el siglo XX, allí dentro aún mantenían al último Emperador con su corte de concubinas, eunucos y demás figuras imperiales.

La recorro y fotografío en dos horas y vuelvo al hostal para saber si me puedo quedar hasta el día que me vaya o tengo que cargar la bici con las alforjas y buscar otro lugar (esto último no me apetece un carajo, en el Jade Youth Hostel se está muy bien, hablan inglés y sirven comida occidental). Tengo suerte y me puedo quedar, sólo tengo que canviarme de habitación.

Salgo a comer por la zona sur de la plaza Ti'an Anmen. Cruzar esa plaza es un calvario, no sólo por el calor y la gente, si no porque tienes que pasar túneles subterráneos, bajar y subir escaleras, para pasar al otro lado de la calle y después de la pateada de esta mañana y el tute de bicicleta de ayer, mis rodillas me han puesto mala cara, pero como no he cogido la bici no se podían quejar.

Después de comer vuelvo al hotel a descansar y a la tarde me voy de compras por la calle Wangfujing, donde están todas las grandes marcas (donde no podía faltar Zara). Busco un pantalón y una camiseta porque el único pantalón que llevo creo que no ha sido lavado desde que salí de España.

Esa noche descanso como un lirón atiborrado de valeriana.

Lunes día 6: A las 7am suena mi despertador. A las 7:30am me pasan a buscar para ir a ver la Gran Muralla. De los dos lugares que hay para poder verla escojo Mutianyu, está a 80km de Beijing pero dicen que es más bonito que Badaling, el otro lugar. En el monovolumen deberíamos ir cinco personas pero resulta que las otras cuatro no pueden venir a última hora. ¿El coche y la guia para mi solo?....ni hablar! Se lo montan para colocarme con otro grupo de seis personas. El problema es que este grupo va a Badaling y yo he pagado a Mutianyu. Monto un pollo alegando que he pagado más dinero para ir a otro lugar y no quiero ir a ver algo que ya he visto (cuando estuve aquí en el 1991 la vi en Badaling). Todos los del monovolumen están conmigo pero mientras tanto el coche parado y el guia haciendo llamadas. Al final le digo al guia que arranque el coche y vayamos al puto Badaling, pero que no tengamos más tiempo al grupo parado en medio de la carretera. Le pido que me devuelvan los 50 yuans que he pagado de más (estamos hablando de que pagué 150yuans y este tour cuesta 100yuans) y continuo con el grupo, que por otro lado es muy majo. Una pareja Australiana y un matrimonio formado por una Nicaraguense y un Libanés, ex-olimpico de Judo, con sus dos hijos. Me lo paso genial con ellos, puedo hablar castellano y la visita a Badaling resulta ser en otra parte que no he visto y es espectacular. Subo hasta la cuarta torre en una media hora de ascensión, por unas rampas de escaleras no aptas para cardiacos. Sudo la gota gorda pero los visitantes se mueren en los escalones. Fotos mil, como os podéis imaginar y vuelta para abajo. En un momento que me he parado a hacer una foto me temblaban las piernas y he mirado para abajo y las rodillas me han escupido a la cara.
Comemos en un restaurante chino una variedad de platos típicos de la cocina pekinesa.

Estos tours vienen con las visitas trampa (con interesante explicación e intento de venta posterior) a las fabricas de jade, de seda, una demostración y cata de ceremonia de té y una charla en un centro de estudio de la medicina china y tibetana, donde te ofrecen un masaje gratuito en los pies mientras te intentan vender un tratamiento para tus dolencias. Regresamos al hotel y me despido de mis amigos de un día.

Martes día 7: Me despierto temprano como de costumbre, desayuno mi tradicional paquete de galletas oreo y un nescafé y salgo en dirección al Palacio de Verano. Cojo un taxi y me planto a las 8am en la puerta del palacio. El lugar con sus templos, su lago, su largo corredor pintado (el más largo del mundo según el Libro de Records Guiness), su templo del Incienso que predomina la colina, su barco de mármol y su puente de 17 arcadas es un lugar de un equilibrio natural y belleza como pocos lugares tienen...Más tarde me entero que todo este lugar fue diseñado por una mujer y entonces lo entiendo todo.

La vuelta la hago en metro (el único lugar que se parece en todos las partes del mundo). Regreso al hotel y me propongo comer pato asado. me dirijo a un restaurante que hay cerca del hostal y que me ha dado muy buena impresión (luego resultará que es uno de los mejores lugares en Beijing donde comer pato asado.). En cuanto me siento un matrimonio me pregunta si soy el español que ha venido desde España en bicicleta y me piden si pueden invitarme a comer y los invito a sentarse en mi mesa.

Michel es un hombre mayor francés de padre chino, su mujer es francesa y les acompaña la nieta. Es profesor de química en la universidad de Paris. Es muy curioso con todo lo que respecta mi viaje y está muy impresionado. Me pide que esta tarde nos hagamos una foto con el resto de su familia (16 miembros) que se han reunido en Beijing para ver el pueblo de origen de su padre. Le regalo la última nariz roja en agradecimiento a su interés y a la invitación del pato.

Mientras comemos me doy cuenta que necesito una clínica de desintoxicación de observación de banderas ondeantes al viento, (si alguien conoce alguna que me pase la dirección). Han sido cinco meses observando la dirección del viento que ahora aunque esté sentado en un restaurante miro por la ventana y busco las dichosas banderas. Es una adicción que vamos a ver como me quito...

La tarde la dedico a buscar una tienda de bicicletas para conseguir una caja donde envalar a Masaallah y facturarla en el avión. Después de dar muchas vueltas encuentro una tienda muy cerca del hostal. El chico a canvio de 15 yuans me desmonta la bici y la envala con cierta maestría, que yo ya he demostrado que no poseo. Cargo a cuestas con la bici los 300 mts que me separan hasta el hotel y aunque pesa y sudo la gota gorda, pienso que no me puedo quejar porque ella me ha cargado durante casi 14.000km.

Ceno con un español de Bilbao que también se aloja en el mismo Hostal y hacemos una cata-comparación de vino (un vino chino y el otro un valdepeñas que venden en un supermercado Día al lado del hostal). En tiempo de Olimpiadas es a lo único que ganamos a los chinos.

Me voy a dormir mañana es el gran día de vuelta y aún tengo que ver el Templo del Cielo y repartir la ropa y enseres que no voy a llevarme a España a unos pobres que he visto en el metro.

Miércoles día 8: Mientras me estoy duchando a las 8am, un pensamiento acude raudo y veloz a mi mente. Mi vuelo sale el miércoles 8 a las 1:55h, ¡¡Eso era anoche!! La madrugada del martes!!! He perdido mi vuelo!!!!

Me pongo ultra nervioso, empaco las alforjas como puedo, abandono en la habitación todo lo que no puedo ni quiero llevarme (los pobres del metro se quedan sin la ropa) y bajo a recepción y pido un taxi grande, porque tiene que caber la caja con la bicicleta. Llega un taxi normal y después de varios intentos la caja no entra en ningún sitio. Vuelvo a entrar con la caja al hostal y cabreado pido que me traigan un taxi monovolumen o un minibus o el puto palanquín del Emperador. El taxista y el de la recepción hablan y este último le da unos cordeles al taxista y me convencen para meter la caja en el maletero y que sobresalga medio metro. Está lloviendo y veo pienso que la caja se va a mojar. Atan la puerta del maletero y nos vamos. Llego al aeropuerto y en información me dicen que Qatar Airways no abre su oficina hasta las diez de la noche. No consigo entender a la china y le pido que me lo repita, pero no acabo de entender que no haya nadie de Qatar durante todo el día. Una chica americana que esperaba su turno se ofrece a ayudarme a entender el inglés de la china. Efectivamente no puedo hablar con Qatar hasta las diez de la noche. No obstante nos da un par de números de teléfono para que llamemos. La chica se ofrece ha realizar esas llamadas por mi, pero nadie contesta a esos teléfonos. La invito a un café y me sugiere que ya que seguramente tendré que comprar un nuevo billete por que esperar doce horas, porque no lo compro con otra compañía. Así lo hago. Luthansa vuela a Barcelona y el avión sale en dos hora, el problema es que vale 1600€. Estoy tan desesperado que acepto pagar ese dinero con la targeta de crédito y ya veremos como se lo devuelvo al banco. Tengo la suerte o la desgracia que la targeta sale denegada. Voy a un banco y también me la deniegan. Sólo puedo canviar los dolares que he llevado encia todo este viaje. Pero aún así no sumo más de 7000 yuans (800€). Empiezo a dar vueltas por el aeropuerto como Tom Hanks en "La terminal" y me mentalizo para pasar las 12h en esta olla de grillos de Beijing.

Veo un cartel en el mostrador de China Airlines que dice "International Tickets". Pregunto por preguntar y tienen un vuelo a Frankfurt por 6900 yuans. Le planto mis últimos 7000 yuans y le compro el billete. Me hacen ir hasta la cinta de equipaje especiales para pesar la bici y a pesar (curioso juego de palabras) que me excedo en el peso no me cobran nada (salvo la situación por los pelos). Vuelvo al mostrador para acabar de comprar el billete y me devuelven la cartera y el iphone que me los había dejado encima del mostrador...los nervios y las prisas son malas compañeras.

Monto en el avión y pienso que cuando llegue a Frankfurt ya veré como pago un billete hasta Barcelona, si es que encuentro alguno. Pero al menos estoy más cerca de mi destino...y hasta si me apuras, podría recorrerlo en bicicleta...es broma!

En Frankfurt encuentro un vuelo que me deja a las 23h en Barcelona, la targeta funciona y puedo pagar el billete. Me embarco y respiro aliviado. Feli y mi gran amigo David vienen a buscarme al aeropuerto en furgoneta. A pocos kmts de llegar a Figueres la furgoneta rompe el motor y nos quedamos tirados. David llama a Carmelo (otro gran amigo) y nos recoge con su coche. La furgoneta se queda en un peaje de la autopista con Masaallah dentro. Es la primera vez en cinco meses que me separo tan lejos de ella.

Es la 1:30am. Por fin llegamos a casa. Tan increíble me parece el haber ido de Figueres a Pekin en bicicleta en cinco meses como el haber venido de Pekin a Figueres en un día tan accidentado.

Pero por fin ya podía decir aquello de "Hogar, amargo hogar"...ah, ¿que no es así? Cuando leáis el epílogo canviareis de opinión.

Lo peor: Los 1300€ que me ha costado el despiste del horario de mi vuelo.
Lo mejor: La Ciudad Prohibida, La Gran Muralla, El Palacio de verano, Los Hutons, el pato asado, la chica que me ayuda en el aeropuerto, el Templo del cielo, bla bla bla...

3 comentarios:

  1. Jooer... lo que me has hecho sufrir hasta el último momento. Haber cuando quedamos para comernos un lechal con un buen Ribera, vale?

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  2. Vaya tela tio, montas la dios y cristo x los billetes y luego se te va la olla y pierdes el avión, tlitulo de la pelicula, "lio xino" o "pasen i bejing" que este último es bueno, reconocelo, jijijiji. Venga machote que ya estas en casa. SALUT I SORT i ahora peles.

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