31 de mayo. Shahrud-Sabzevar. "¿No querias bici?...toma bici!"

"Si luchara contra un oso (polar) yo daría el primer bocado"


Esta frase siempre me ha gustado porque implica determinación en los momentos críticos. Es como esa de "coger al toro por los cuernos".
Hoy he afrontado esta etapa con ese espíritu. En el mapa de la pantallita de mi iphone, 250km de desierto con un par de poblaciones mas o menos grandes.


Mi intención es recorrer todo lo que pueda y buscar alojamiento o acampar cuando se haga de noche. Dudo que pueda llegar a Sabzevar donde me espera Morteza, un couchsurfing que ha aceptado mi petición de alojamiento.  (es alucinante pero no para de llamarme gente, ofreciéndome su casa, que lee mi petición aunque no vaya dirigida a ellos). Los 182km de ayer han dejado secuelas en mi culo, piernas y piel. Pensar en hacer 250km hoy, se me antoja del todo improbable (que no imposible).


Pero aquí es donde aparece este amigo-enemigo mágico que lo mismo te convierte una bici en una moto que en un potro de tortura, que lo mismo te deleita con un concierto de Tar...El viento. Hoy todo el día de mi parte, empujando con fuerza y aliviando el calor (debe estar arrepentido de lo que me hizo ayer y me está compensando). Se que más tarde o más temprano pagaré este regalo...(mirando al cielo) ¿Puedo pagarlo cuando llegue a España?

Viento atramontanado y un desnivel bajando que va desde los 1390m hasta los 816m en los primeros 150km. He volado a una velocidad media de 35km/h (a veces sin pedalear durante varios km). Cuando se dan estas condiciones da miedo parar no sea que le de al viento por cambiar de dirección y lo que ahora es diversión al momento se convierta en sufrimiento.

Por si eso no fuera suficiente, el destino ha puesto una moto que circulaba a 33km/h en mi camino. Me he puesto a su rebufo y he circulado pegadita a ella durante 2h. Resultado he recorrido otros 75km con un desgaste mínimo...o eso es lo que yo me he creído. Han sido dos horas concentrado en la rueda de la moto, dos horas de tensión porque de vez en cuando el chico de la moto hacia un extraño o frenaba sin motivo o atendía una llamada de móvil. Dos horas en las cuales no he podido bajar la mano para coger el botellin de agua...y eso también me pasará factura.

Caravanserai

Durante el camino han aparecido las primeras caravanserai, esas fortalezas de barro que servian para dar descanso a los viajeros y a sus camellos en el camino del comercio de la seda y las especias. Algunas de ellas en estado ruinoso y otras no tanto, al menos vistas desde lejos. También desde lejos he visto los primeros rebaños...manadas....enjambres....de camellos! ¿como se llama a un grupo numeroso de camellos? ¡No vale decir internos de la prisión de Cuatre Camins!

Llego a Sabzevar con 250km en las piernas...record de kilómetros en este viaje. Cuando me bajo de la bici camino que parezco una garza en un estanque...Las rodillas se me van hacia arriba. Me recoge Morteza y su mujer y me llevan a su bonita casa. Después de la ducha empiezo a sentir los efectos del exceso de bici. Cenamos en casa de los padres de Morteza junto a sus hermanos. Una cena tradicional, agradable y sabrosa en familia. Morteza me invita a quedarme un día más con ellos pero rechazo la invitación porque me gustaría llegar a Mashhad el sábado y solucionar cuanto antes lo del visado de Turkmenistan que me tiene sorbido el seso...eso, y el estar agotando mi efectivo. 

Mosque en el centro de Sabzevar

Cena en casa de los padres de  Morteza...
él no sale en la foto.

Duermo en coma total y los cuádriceps me despiertan a las 6am con descargas eléctricas (como diciendo, "hoy no se te ocurrirá salir, ¿verdad?) Tengo los labios con ampollas y resecos, deshidratados. No consigo quitarme la sensación de sed aunque beba un litro de agua.


Durante el desayuno le pido a Morteza si puedo quedarme a dar descanso a mis piernas y a mi piel achicharrada una noche más y por supuesto acepta. Priorizo el recuperarme a querer solucionar lo del visado...ya lo tenía que haber priorizado antes, pero a veces tomas decisiones sobre la marcha que traen consecuencias imprevisibles, algunas buenas otras no tan buenas...pero son tus decisiones y no debes rendir cuentas con nadie excepto contigo mismo. En este caso me alegro de haber llegado hoy a casa de Morteza y disfrutar de su compañía, aunque el precio sea un agotamiento extremo.


Lo peor: Las secuelas del empacho de bicicleta.
Lo mejor: Morteza, su mujer y su familia...no hay nada como dar descanso a tus huesos en el comfort de una casa.

Etapa dedicada a la Escuela de Danza de Gema Ruiz y a sus bailarinas (que también saben lo que es el sufrimiento porque están dando el callo estos días preparando el festival del 9 de Junio en el Teatre El Jardí). No os lo perdáis, son una maravilla bailando.
Hoy me he acordado de vosotras porque en casa de Morteza tienen cuatro cuadros de bailarinas con mantones y si entorno un poco los ojos puedo veros.






Distancia: 261km     Tiempo: 11h 17min.      Vel. media: 25,4         Vel.max: 64