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domingo, 10 de junio de 2012

6 de Junio. Sarakhs-Tejen. TURKMENISTAN (Día 1). La Carretera y la sed.

Dejo el hotel a las 8am. Tengo la frontera a tres kilómetros. No he podido comprar el tabaco, como me recomendaba Markus de suiza (el chico que me he encontrado en Tehran tramitando los mismos visados) para los oficiales corruptos e la frontera (a él lo han tenido tres horas allí esperando hasta que se han cansado y lo han dejado ir).


Paso 6 controles de pasaporte (3 iranies y 3 turkmenos).


Los controles Turkmenos dan miedo. Son soldados (o policías, no lo sé) jóvenes con actitud chulesca. Uno de los oficiales de la ventanilla me dice que tengo que pagar y me lleva a un despacho y a solas me dice que tengo que darle 20$. Le digo que no tengo (es mentira) y le enseño la cartera con sólo 11$ y dinero iraní. Se desespera y viendo que no tengo nada más volvemos a la ventanilla y empieza a hablar con el resto y aparece una mujer y con modales muy secos me dice que tengo que pagar 12$ al banco (¿pero no eran 20?). Le digo que sólo tengo 11$ y eso los revoluciona. Empiezo a intuir que esto ya no es una extorsión y que me van a hacer volver atrás para canviar y les pido un momento para buscar entre mis alforjas. Que casualidad! encuentro un billete de 20$.


Me hacen pasar las alforjas por el control de rayos X, mientras tengo que rellenar un formulario, mientras me piden el pasaporte...es todo muy confuso y todo el mundo me da ordenes. Intento tener controlado en todo momento el pasaporte y mi bolsa frontal, donde llevo el dinero y mi teléfono.


La chica me hace repetir el formulario porque me he equivocado en algo, mientras me pide que vacié una de las alforjas...La del ordenador, donde llevo el monedero con los dólares! Si ven los dólares sabrán que les he mentido y pueden volverse rancios...más. El estuche con el dinero está en medio de un dossier. Saco la ropa y el ordenador (era eso lo que les llamaba la atención) y se cae una pegatina de Rodaclown. La chica pregunta que que es eso y le contesto, sin dar muchas explicaciones que es el logo de mi compañía de teatro. Todo canvia a partir de este momento. La chica se interesa por mi profesión y acaba regalándome una botella de agua y deseándome buen viaje.


Me ha llevado dos horas cruzar esta frontera y lo que más placer me ha dado ha sido cuando he tenido que cruzar el puente metálico (tierra de nadie) en donde a cada extremo, militares de cada país custodian la frontera natural del rio. Me ha recordado una peli de guerra de los 80, (que ahora mismo no recuerdo el título) que los protas tienen que cruzar una frontera alemana por un puente y la tensión crece a medida que se acercan al otro lado del puente porque los alemanes están a punto de descubrir que no son los que son....Los puentes de Madison!...si es que soy un hacha para esto de las peniculas.


Esta tierra es inhóspita y...todo lo contrario a placentera. Desierto de matojo y secarral, calor extremo (es el país más caluroso de Asia Central) y viento en contra como no podía ser de otra manera. La carretera, un camino de carro con asfalto cuarteado, agrietado y en muchas ocasiones abombado como si hubiese pasado un esquiador de fondo gigante. A los 40km me paro en el único lugar que veo sombra, una estación de tren. El jefe de estación me ofrece llenar mi botella de agua al verme bajar con ella. La lleno con una taza de un cubo que tiene en una habitación. Me invita a Chay y pan con queso (saco mis dátiles y entre los dos juntamos un más que apetitoso almuerzo). Nos comunicamos como podemos mientras el buen hombre va atendiendo llamadas de teléfono, algún paso de tren de mercancías y tocando botones del panel de control de las vías.


A la hora y media me voy de allí pero aún hace mucho calor y me cobijo bajo un árbol al lado de un riachuelo. Desde esa sombra veo pasar camellos a lo lejos y un par de chicos paran su coche y entablamos una conversación. Me preguntan si tengo hijos y les enseño las fotos de mis hijas. El mayor de unos 20 años me propone que una de mis hijas se case con él y yo remato ofreciendo a la otra al otro chico. Me aprieta la mano como cerrando el trato y se van...Estoooo...Anna, Alba creo que ya tenéis marido, he dado mi palabra...jajaja.


Arranco a las 17h, pero aún hace mucho calor y a pesar de que voy racionando el agua, al final me quedo sin ella. Pido agua a los coches que pasan y uno me da un culo de botella caliente y otro dos puñados de nísperos, que me saben a gloria.


En medio de la carretera dos camiones parados y veo bajar a dos camioneros con una botella de agua. Pienso; "Ahí debe haber un oasis o un manantial donde llenar la botella." Paro la bici y sigo al camionero por entre los arbustos. El camionero que no ha notado mi presencia se baja los pantalones y se agacha...mierda! no iba a llenar si no a vaciar, y la botella es para limpiarse (que aquí no usan papel como en Irán). El camionero se gira y me ve y yo disimulo adentrándome entre los arbustos.


Presencio una imagen que me recuerda la estética de los cuadros de Veermer. Unas chicas en medio de un campo de trigo. Tres de ellas de pie con los brazos en jarra y la espalda arqueada hacia atrás compensando las horas que se pasan inclinadas hacia delante. Otra chica doblegada prosigue con su trabajo. Van con la cabeza y la cara tapada con un pañuelo blanco, como un ninja. Las saludo con la mano y al unísono las tres me devuelven el saludo con una mano enguantada en negro. La luz del atardecer, el dorado del trigo, los turbantes blancos y los guantes negros componen, junto a la chica que trabaja, un lienzo de lo más sugerente.


Se hace de noche y a una moto le pido donde puedo llenar mi botella (si acampo necesito por lo menos agua para pasar la noche). Me dicen que a pocos metros hay un restaurant y una tienda. Cuando entro en la tienda y veo en la nevera, tres o cuatro tipos de cerveza...Se me aparece la virgen!. Me compro dos Efes (la cerveza turca) y les doy matarile en dos minutos. Que bien sabe una cerveza cuando se tiene sed. Al lado de la tienda el restaurante ofrece como unos bungalows (yurtas) con aire acondicionado y tv. Me dicen si me quiero quedar a dormir en una de esas yurtas por 5$. Acepto, ceno un kebab de pollo con una jarra de cerveza y toreo a dos borrachuzos que no se que querían (No me acordaba yo de los lo cansinos que son la gente bebida...es lo bueno lo bueno de Iran, que no hay estos especímenes).


Me meto (y meto a mi bici en la yurta) y me dispongo a dormir.


Mi último pensamiento es; quien iba a pensar, hace dos horas, que en medio del desierto me bebería unas cervezas fresquitas y dormiría en una yurta climatizada.






Lo peor: La sed, que no me la quito, y eso que me he bebido un litro de zumo de anchoas...
Lo mejor: La estampa de las chicas del campo y la cerveza en la yurta climatizada.






Etapa que dedico a Txema Alabert, hoy no se porque, al beber la cerveza me he acordado de él y de las que nos hemos tomado iendo de bolos.






Distancia: 87km      Tiempo: 5h 02min       Vel.media: 16,8          Vel.max: 30,3

1 comentario:

  1. no quiero casarme con un hombre al que no amo (ni conozco)!!! jajajaja

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