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viernes, 13 de abril de 2012

13 de abril. Istanbul-Izmit (Will)



Atardecer en bici

A alguien se le ha escapado de las manos Estambul, está sobredimensionada. Es como un viejo ordenador al que lo has saturado de programas y se cuelga. Funciona lento, pero funciona. 11 millones de personas salen a la calle a buscarse la vida.

Yo salgo a la calle a las 9 para volver al consulado iraní (si, soy masoquista). Con mi carta de recomendación debajo del brazo me dirijo al funcionario que sabe inglés (y que definitivamente es Yin...Capu-yin) y le planto la carta delante y le explico en que condiciones viajo. A las 10:30h entro en el consulado y a las 10:45h estoy fuera. Nada. Insiste en el dichoso código de invitación, que sólo una agencia iraniana de viajes puede darte (pagando). Anoche escribí a tres de ellas y hoy me contestan que claro que pueden conseguirme ese código, una pagando 100 dolares y debo explicarle mi ruta día a día y en que hoteles voy a alojarme y la otra son 50 euros pero necesita 7 días para solventarlo. Me largo de allí, necesito salir en bici por el bien de mi salud mental. Decido volver, empacar, montarme en la bici y salir con viento fresco de Estambul, que ya se me está atravesando...¿como se que se me está atravesando? Este pensamiento que acude a mi mente mientras vuelvo en tren a casa de Orhan.
Carta de presentación del consul español en Estambul
Estambul es como el paquete de plastelina de colores vivos, con el que jugábamos de pequeños y que las juntas todas pensando que va a salir un color maravilloso y lo que sale es un color gris (agua-de-después-de-fregar-el-suelo) con algún pelo y todo.


Como alma que lleva el diablo, hago las alforjas. recupero mi bici que ha estado en una tienda de agua en frente de casa de Orhan y salgo dirección Izmit (will). Le regalo mis guantes de ciclista nuevos, sin usar, a Orhan. Se ha portado increíble conmigo. Que calidad humana tiene ese hombre. Para cruzar el Bósforo, la recomendación es meter la bici en un barco por dos liras y pasar al otro lado en 15 minutos. La carretera que lo cruza es la autopista y no puedo entrar con la bici.


Mierda! en el barco me doy cuenta que me he dejado mi chaqueta impermeable, mi única chaqueta, colgada en casa de Orhan. Lo llamo y no me contesta. Cuando estaba a punto de saltar por la borda y alcanzar la orilla a nado (es broma no lo hubiera echo, pero la desesperación era como para hacerlo). Suena el teléfono y es Orhan. Le explico mi terrible error y me consuela diciéndome que me la envía por Cargo urgente a casa de su amigo al cual voy a ver el sábado. Quizá me tenga que esperar hasta el lunes para recuperarla.


Que cagada! con las pocas cosas que llevo perder o romperse alguna, como ya he dicho en otra ocasión es una putada mayúscula.


Pedaleo con sol y con 22º por una pista ciclista de 15 km al lado del mar Marmara. Una delicia. Luego retomo la D-100 repleta de camiones. Después de 106 km llego a Izmit (Will).

Lo peor: La burocracia, que ha enviado a la papelera de reciclaje mi sueño (reiniciar el pedaleo lo ha recuperado).

Lo mejor: Orhan



Distancia: 106km                  Tiempo:4h 57min.


Vel. Media: 21,4                    Vel. Max: 59,1

1 comentario:

  1. Piensa en el monton de sangria de la buena que te espera a la vuelta...la fusión del yin -yan mezclada con nuestras ostritas "on the rocks"

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