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martes, 15 de mayo de 2012

15 de mayo. DESCANSO. Esfahan. "Esfahan I love you"


Me esperan 6 horas de autobús hasta Esfahan. Pero bien vale la pena la que dicen es la ciudad más bonita de Irán. Esfahan con un millón de habitantes, fue capital de Persia durante casi 200 años. Ahora es la ciudad más visitada por los turistas de toda Irán.


En el autobús conozco a Morteza, un joven estudiante de arquitectura con el que mantengo una interesante charla y quien me informa de lo más reseñable de Isfahan. Al llegar, una bandada de taxistas se nos echan encima para que contratemos su servicio. Se nota que el turismo a avivado la ambición y la competencia.


Morteza me me lleva hasta un hotel y me paga el taxi. No dejan de sorprenderme estos gestos tan altruistas. Salgo a pasear y por un callejón aparezco en un lado de la plaza Naqsh-e-Jahan. Recibo el mismo impacto visual que cuando vi por primera vez, saliendo de la boca del metro de Barcelona, la Sagrada Familia.



Que plaza más hermosa, grande y auténtica. La mezquita de Shah en el sur, en el oeste el Palacio de Ali Qapu, en el este la mezquita Sheikh Lotf Allah y en el norte la entrada abierta al Gran Bazaar (que rodea toda la plaza por el interior). Recorro la plaza como ratón en una caja y por dentro del bazaar. Allí los artesanos trabajan el latón a golpe de martillo y la plata es esculpida con cincel al lado de los sacos de frutos secos y especias.


He seguido caminando por la ciudad pero no podía quitarme la visión de esa plaza y he vuelto como mosquito atraído por la luz de una farola apagada. La retrato por todos lados y me siento en un lado y observo como la tarde va atrayendo a todos los lugareños y pasan el resto de tarde sentados en el césped, jugando a la pelota, montando en coche de caballos o comiéndose un helado. Esta imagen se cuela por la retina, pasa por el hipotálamo, se mete en la trompa de falopio (allí tiene que retroceder porque es un callejón sin salida, atraviesa el cortex y acaba en el mismo cajón de los recuerdos que la mezquita de Edirne en Turquía, la mezquita azul de Estambul, la catedral de Sofía o esas tijeras que creía haber perdido.




Lo peor: hoy? Nada.
Lo mejor: La plaza Naqsh-e-Jahan y Morteza.

Hoy mi recuerdo es para mi padre que cumple años. Felicidades Papa!

1 comentario:

  1. Molt bé! Ja veig que vas recuperant aquell optimisme que per uns moments vas perdre. Força i pedals!

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